Catarsis o Autorregulación: El Cuerpo como Puerta de Entrada al Equilibrio
- abondancemx
- 26 jun
- 3 Min. de lectura

Vivimos en una época que exalta la intensidad emocional. Desde los gritos liberadores en los retiros hasta las descargas en redes sociales, pareciera que expresar todo “sin filtros” es sinónimo de autenticidad. Pero ¿realmente liberarse emocionalmente siempre nos sana? ¿Y si el cuerpo tuviera otra forma de encontrar alivio, una más silenciosa, pero más sabia?
En este artículo quiero hablarte de dos caminos muy distintos (pero complementarios): la catarsis y la autorregulación. Y cómo, desde una mirada psicocorporal, el verdadero bienestar no está en elegir uno u otro, sino en comprender cuándo y cómo cada uno tiene su lugar.
Catarsis: el desahogo que a veces desborda
La catarsis es esa experiencia emocional intensa donde “soltamos” todo lo que está contenido. Llorar, gritar, golpear un cojín, raquetear .en un cubo gigante de esponja Es lo que muchas veces se asocia con “sacar el trauma”. En ciertos momentos puede tener un efecto de alivio inmediato, como si el cuerpo abriera una válvula de presión. Pero si esa descarga no ocurre en un entorno seguro, sin acompañamiento, o se vuelve repetitiva y sin integración, puede llevar a un riesgo poco hablado: la retraumatización.
Peter Levine, creador de Somatic Experiencing, lo explica con claridad: el sistema nervioso necesita que la descarga sea dosificada, no abrumadora. Si revivimos lo que nos dolió de forma intensa y desbordada, sin recursos internos, el cuerpo puede reactivar el trauma en lugar de sanarlo y en casos críticos fragmentar psíquicamente a la persona.
Autorregulación: el arte del equilibrio interno
La autorregulación no busca explotar, sino sintonizar. Es ese proceso en el que el cuerpo, casi de forma silenciosa, empieza a encontrar su propio ritmo para volver al centro. Respiramos más lento, sentimos el suelo bajo los pies, notamos cómo baja el pulso. No hacemos un "show emocional", sino un proceso interno de reconexión.
Desde la teoría polivagal de Stephen Porges, sabemos que el sistema nervioso autónomo está diseñado para adaptarse a las amenazas y después regresar al equilibrio. Y aquí entra un concepto clave: la interocepción.
La interocepción es la capacidad de sentir lo que ocurre dentro de nuestro cuerpo: los latidos del corazón, el estómago tenso, los pulmones expandiéndose. Al volvernos más sensibles a estas señales internas, desarrollamos una capacidad vital para la salud emocional: saber cuándo necesitamos soltar, y cuándo simplemente estar.
El cuerpo sabe cuándo es tiempo de soltar y cuándo es tiempo de contener
No se trata de descartar la catarsis ni de volvernos emocionalmente planos. Se trata de aprender a leer el cuerpo como un oráculo silencioso. En mi práctica terapéutica, he visto que cuando una persona empieza a reconocer sus propios ritmos internos, ya no necesita explotar para sentirse viva. Descubre que puede moverse entre la activación y la calma con más confianza.
La ventana de tolerancia, otro concepto clave en el trabajo con trauma, describe ese rango en el que nuestro sistema nervioso puede sentir sin desbordarse. Cuando vivimos fuera de esa ventana (en hiperactivación o colapso), todo se siente demasiado o nada se siente en absoluto. La autorregulación nos ayuda a ensanchar esa ventana y vivir más dentro de ella.
Conclusión: sanar no es vaciarse, es integrarse
A veces necesitamos gritar. Otras veces, solo respirar. Pero en ambos casos, la clave está en escuchar al cuerpo, en no forzarlo ni reprimirlo, sino acompañarlo. No toda emoción necesita ser desbordada para ser liberada. A veces basta con sostenerla, mirarla con presencia, y dejar que el cuerpo haga lo que mejor sabe hacer: autorregularse.
Desde ahí nace una salud emocional más profunda. No como un estado perfecto, sino como una danza viva entre expresión y contención. Entre impulso y pausa. Entre catarsis y autorregulación.
Y como siempre digo en consulta: el cuerpo no grita por dramatismo, grita porque no ha sido escuchado.
¿Te gustaría aprender a sintonizar mejor con tu cuerpo? ¿O acompañar a otros en este camino? Escríbenos tus inquietudes y síguenos en nuestras redes sociales,
Abrazo!
Edgar @edgarmzendejas
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